Relación sexual

In der Scheune (En el granero), obra del siglo XIX del austríaco
Peter Fendi, donde se muestra caricias en los pechos y coito vaginal.

Una relación sexual es el conjunto de comportamientos que realizan al menos dos personas con el objetivo de dar o recibir Las relaciones sexuales pueden incluir muchas prácticas como el magreo, el sexo oral o el coito.

Terminología: relaciones sexuales y apareamiento Artículo principal: Apareamiento Habitualmente el término relaciones sexuales se utiliza para referirse al cortejo y comportamiento sexual de los seres humanos y el término apareamiento se utiliza para referirse al resto de animales. En biología, el apareamiento es el conjunto de todos los comportamientos cortejo sexual y cría que realizan dos individuos de distinto sexo para procrear, y que culmina con la cópula; en oposición a la posibilidad de engendrar descendencia con uno solo (autofecundación de hermafroditas, partenogénesis).

Tipos de relaciones sexuales Según la cantidad de persona involucradas en el mismo momento y lugar Dos, como en una pareja Trío o ménage à trois. Orgía o sexo grupal: varios individuos tienen relaciones sexuales al mismo tiempo y en el mismo lugar. Según el vínculo de las personas involucradas. Con vínculos afectivos más o menos desarrollados como en muchos tipos de parejas (matrimonio, noviazgo, amistad con derechos o grupos poliamorosos) Sólo con el objetivo de dar y recibir placer sexual (sexo ocasional o intercambio de pareja) Con dinero de por medio (trabajo sexual) Según el género de los participantes Entre mujeres, típica pero no limitada a las lesbianas y mujeres bisexuales Entre varones, típica pero no limitada a los gays y varones bisexuales Mixto, típica pero no limitada a las personas heterosexuales y bisexuales Incluyendo personas transgénero o intersexuales, típico pero no limitado a la pansexualidad Otros tipos Uso compartido de juguetes sexuales BDSM Inclusión de otras parafilias Prácticas sexuales no consentidas En nuestra cultura el requisito para considerar una práctica sexual como parte de una relación sexual válida y no un delito es el consentimiento. Así, las prácticas sexuales pueden ser consentidas o no.

Algunas de las prácticas sexuales en las que falta el consentimiento de una persona tienen nombre particulares.

Violación que se produce cuando una persona tiene acceso sexual hacia otra, mediante el empleo de violencias físicas o psicológicas o mediante el uso de mecanismos que anulen el consentimiento de los ofendidos. También se habla de violación cuando la víctima no puede dar su consentimiento, como en los casos de incapaces mentales, menores de edad, o personas que se encuentran en estado de inconsciencia, a través de alcohol u otras drogas. Abuso sexual infantil o pederastia: es toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder. Prostitución forzada, uno de los fines de la trata de personas mediada por cierto tipo de proxenetismo Otras prácticas donde falta el consentimiento son la necrofilia, práctica sexual entre una persona y un cadáver y la zoofilia, la práctica sexual entre una persona y un animal.

Dibujo de Leonardo da Vinci de una pareja humana hemiseccionada durante el coito. Prácticas sexuales Como primera aproximación, se pueden dividir las prácticas en coitales y no coitales. Dentro de las no coitales podemos mencionar

Magreo: abrazos, caricias y besos. Juegos sexuales Masturbación mutua. Sexo oral dirigido hacia los genitales (felación, cunnilingus, 69), el ano (anilingus) u otras partes del cuerpo (Estimulación oral de los pezones) Sexo genital-genital sin penetración: Tribadismo y Frot Coito o cópula El coito o cópula (del latín: co-iter, ‘marcha en común’ o ‘ir en común’) es la inserción y empuje pélvico del pene en la vagina o el ano. En los seres humanos el coito es una de las prácticas sexuales que forma parte de la relación sexual. Además es la práctica normativa de las relaciones sexuales (véase Coitocentrismo). Los autores suelen usar la palabra coito para hacer referencia al vaginal De las prácticas sexuales, es la práctica más riesgos tiene de ser una vía de trasmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS), por ello es el blanco principal de las recomendaciones del sexo seguro.

Coito vaginal El coito vaginal consiste en la introducción del pene en la vagina. Es la práctica sexual que, entre personas fértiles, tiene probabilidades de resultar en la fecundación y embarazo por lo que es el blanco de algunos métodos anticonceptivos.

Aunque se tiende a pensar que la forma primigenia del coito vaginal en humanos es el llamado a tergo o ventro-dorsal —ya que ésta existe en los otros mamíferos de modo casi excluyente—, existen estudios que ponen en duda esta teoría y encuentran relación entre las coacciones de tipo morfológico y la preferencia por el coito ventro-ventral en el hombre y en el chimpancé bonobo.

La posición sexual a tergo —esto es, la penetración del pene en la vagina cuando la hembra se encuentra de espaldas al macho— suele ser llamada levrette, si la mujer está apoyándose sobre sus piernas y brazos, aunque también se realiza cuando la mujer es penetrada vaginalmente de espaldas (por ejemplo, acostada apoyando su espalda en el varón).

La forma más común de coito en humanos es la ventro-ventral o frontal [cita requerida], coloquialmente llamada posición del misionero, ya que popularmente se atribuye la introducción de esta forma de coitar en Oceanía a los misioneros.

Otra posición frecuente durante el coito en los seres humanos es la posición de Andrómaca, con la mujer sentada sobre el hombre acostado. Esta pose da más posibilidad de movimientos tanto a la mujer como al varón, ya que ambos pueden usar sus manos para acariciar otras partes del cuerpo.

Coito anal Artículo principal: Sexo anal En el coito anal la penetración se realiza en el ano. En lenguaje académico también se utiliza a veces el término «pedicación» (del latín pœdicatio o pœdicationis).

La mucosa anal carece de lubricación y es todavía más fácil de irritar que la vagina, por lo cual, tiene mayor riesgo de transmisión de ITS, especialmente el VIH, si no se realiza de manera segura.

El coitocentrismo, es ubicado como una de las características de la sexualidad hegemónica y normativa la cual además deberá ser procreativa, genital, monógama, en el matrimonio, naturalizada, por amor, en casa, de a dos, y, por supuesto, heterosexual. El resto de prácticas serán rechazadas y tachadas de anormales, innaturales, pecaminosas o enfermas. Aunque se acepta que el coitocentrismo también está presente como norma en algunas relaciones homosexuales.

En occidente, la tradición judeocristiana ha estado vinculada en el sostenimiento del coitocentrismo. Según esta tradición, el acto sexual es válido sólo en el matrimonio, y se vuelve un medio para expresar sentimientos íntimos, adquirir responsabilidades y, sobre todo, reproducir a la especie. Según esta doctrina, la sexualidad no heterosexual, y fuera del matrimonio, es inmoral. Para los libertarios, es la falta de consentimiento, o un desequilibrio de poder - como el coito obligado - que es inmoral, pero para muchos conservadores la coerción marital no es inmoral. Se lo contextualiza como uno de los «lastres» patriarcales.

Se ubica junto a otros mandatos de la masculinidad hegemónica como es el falocentrismo, es decir, la reducción del cuerpo masculino al pene, la negación de toda otra zona sensitiva y de placer; y la negación de la emotividad; todos estos atributos necesarios para relaciones armónicas al interior de la pareja.

La aparición del concepto de coitocentrismo y su crítica viene de la mano del feminismo, y los últimos avances tecnológicos en materia de anticoncepción y aborto y la reforma sexual ocurridos en el siglo XX gracias a los que está extendiendo la nómina de prácticas sexuales socialmente aceptadas.

El coito en la literatura[editar] Además del Marqués de Sade, muchos otros autores (Chaucer, Bocaccio, Petronio o Rabelais) han descrito este tipo de prácticas en sus obras. Un ejemplo acerca del sexo vaginal está en el cuento "El diablo y el infierno", del libro El Decamerón, de Giovanni Boccaccio.

Véase también

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